Esta es la historia de dos lobos errantes y amigos que un día decidieron caminar juntos hasta la muerte.
Sinopsis
En las montañas nubladas del Norte de España, las manadas de lobos están gobernadas por líderes a menudo intolerantes y peligrosos. Los clanes familiares dejan de ser un lugar seguro para vivir y algunos individuos se ven obligados a marcharse para siempre.
El periodo de producción duró desde el año 2001 hasta el 2003, rodada en 16mm. Y una duración del documental de 52 minutos.
Ficha Técnica
Productores: Joaquín Gutiérrez Acha y Milagros Sánchez de la Plaza.
Dirección y Fotografía: Joaquín Gutiérrez Acha.
Guión: Fernando López Mirones.
Música: José Manuel García Pelayo.
Edición: Roberto Aguilar.
Sonido Registro y Edición: Carlos de Hita.
Ayudante de Producción: Carmen Rodríguez.
Productor Ejecutivo: Jorge Iglesias.
Ayudante Cámara: Manuel Castro y Alejandro Díaz.
Naturalistas: Manuel Castro y Sergio Martorell.
Desde que el lobo, de la mano del Doctor Rodríguez de la Fuente, protagonizara los grandes documentales sobre la fauna ibérica. Premios internacionales colocaban al carnívoro español en posición de competir con los documentales sobre los leones africanos o los osos de Alaska. La gran labor conservacionista del Doctor Rodríguez de la Fuente ayudó sin ninguna duda a que la visión popular del lobo diera un giro de 180 grados hacia su protección.
No obstante, las poblaciones de lobo ibérico fueron castigadas hasta el punto de desaparecer casi por completo en algunas zonas de la Península Ibérica. Cazas, veneno, batidas y furtivismo, fueron las principales causas de su muerte pero el lobo es un animal de grandes recursos, un generalista capaz de adaptarse a situaciones extremas, de cazar grandes presas o de consumir los desperdicios vertidos por el hombre en zonas urbanizadas. Sus dominios se extendieron por toda España y Portugal y sus poblaciones empiezan a sanearse y a ser relativamente abundantes.
Tras analizar este proceso y ponerse al día con las últimas investigaciones sobre su conducta, su vida social y sus técnicas de caza y alimentación, el equipo de Bitis Documentales dirigido por Joaquín Gutiérrez Acha, decidió acometer uno de los proyectos más ambiciosos de su carrera y así llevar a las pantallas de televisión el resultado de los últimos estudios
En opinión de Gutiérrez Acha, el documental realiza interesantes aportaciones sobre la conducta de los lobos, con imágenes inéditas y de gran belleza del descubrimiento del mar por parte de un lobo, un animal que, por otra parte, nos sorprende mostrándose como un sentimental que llora desgarradoramente la muerte de un compañero.
Después de intensas reuniones y del largo trabajo que precede a los rodajes, se prepara con el guionista Fernando López-Mirones la composición de una historia real que ocurre con frecuencia dentro de una manada de lobos. Y así, con un argumento sólido, una historia dramática y unos protagonistas de primer orden, comienzó el rodaje de Las Montañas del Lobo.
La producción
Tras numerosos viajes en busca de las localizaciones, se decidió encuadrar el documental en las montañas nubladas del Norte de España.
Asturias y Galicia no solamente tienen lobos, sino que también tienen los paisajes con las dimensiones suficientes para que este trabajo sea inolvidable. Montañas nevadas, bosques de nieblas y misteriosos páramos, conforman el entorno del lobo. Las pequeñas aldeas y las playas inaccesibles del Cantábrico, también reciben la visita de estos grandes carnívoros.
Equipados con cámaras cinematográficas de Súper 16 mm., lentes de alta calidad, potentes teleobjetivos y armados de una paciencia infinita, el equipo de Bitis Documentales dirigido por Joaquín Gutiérrez Acha comienza el rodaje. Durante 18 meses se filma intentando en lo posible ajustarse al guión. El equipo se encontraba con un reto importante. Había que hacer una película diferente y debería contarse algo nuevo sobre nuestros lobos.
Las tensiones que se producen en el interior de una manada saturada, obligan a algunos individuos de bajo rango a tener que abandonarla para siempre. Desde ese momento se forjan pactos entre los individuos errantes y estos son sin duda el corazón de una gran historia. Las peripecias de un lobo viejo y otro joven en su afán por conseguir comida y localizar un nuevo territorio, les lleva a situaciones límites que son recogidas fielmente por el equipo de filmación.
Más de 18.000 metros disparados de celuloide han sido necesarios para completar este excelente trabajo. Las cámaras han registrado cada momento crucial, cada gesto, cada mueca, cada mirada, y la filmación de alta velocidad se ha encargado de descomponer el movimiento para dejarnos ver lo que el ojo humano no es capaz de apreciar: carreras, ataques, saltos, peleas, etc.
Las montañas del lobo, lleva un ritmo trepidante de principio a fin. En los lugares donde el lobo vive, todos los animales están en jaque: ciervos, jabalís, pequeños roedores, todos temen la presencia del superpredador.
Según Joaquín Gutiérrez Acha, el lobo ha sido objeto de muchos documentales en España, pero nadie había abordado la vida de los lobos desde dentro de su propia familia. Siempre se había tratado de reflejar las cualidades del lobo como gran cazador o en su relación con el hombre, pero no desde el punto de vista que nosotros hemos dado a conocer. El argumento es casi de película, pero refleja una historia natural de verdad.
Las montañas del lobo también está lleno de sentimientos; los lobos errantes son a menudo atropellados en las carreteras o víctimas de otros lobos, y aquí la música juega un papel fundamental. José Manuel García Pelayo, encargado de la banda sonora original, desarrolla un trabajo sobresaliente dándole un sabor celta propio del norte de España y utilizando para ello instrumentos originales como gaitas, bodhram y whistles.
El trabajo de cámara corre a cargo de Joaquín Gutiérrez Acha. Una Arriflex de alta velocidad trabaja con él de forma inseparable, pero en muchas ocasiones se pone en marcha una segunda cámara activada por control remoto para conseguir ángulos diferentes de la misma acción. Por la noche, los potentes focos direccionales alimentados por baterías y la película de alta sensibilidad, consiguen darnos con asombrosa fidelidad la agresividad que se respira en las reyertas internas. Planos subjetivos, tomas aéreas, grúas de cámaras, incluso cámaras subacuáticas, sellan la calidad de esta producción dando mayor fuerza a la imagen.
Rodeado por un equipo de campo de primer orden, Joaquín Gutiérrez Acha reúne para Las montañas del lobo a los mismos técnicos que ya rodaron con él en otros programas como El latido del bosque, El diablo de los matorrales y Blindados de la noche. ...
La paciente labor, sin límite de horas, de los naturalistas Manuel Castro, Sergio Martorell y Salvador Suano, la inestimable ayuda de cámara de Alejandro Díaz, la perseverancia y el purismo en el registro de sonido de Carlos de Hita, el asesoramiento y la permanente ayuda del biólogo José España y la colaboración de gente tan prestigiosa como Juan Carlos Blanco y Yolanda Cortés con sus estudios, el biólogo Ángel España, el veterinario Ángel Iglesias, las observaciones de los lobos gallegos por Pablo Sierra Abrahim, hacen de este trabajo una producción del más alto nivel, capaz de competir en el mercado internacional con las más importantes producciones.
El documental fue seleccionado para su emisión fuera de concurso en el Festival Internacional de Televisión sobre Conservación de la Naturaleza y el Medio Ambiente, que, organizado por la Universidad de Navarra, se celebró en Pamplona del 29 al 31de octubre de 2003.